Nací en Mallorca y desde que tengo uso de razón he oído la palabra “estacionalidad turística” año tras año, cómo un demonio que amenaza a los hoteleros y destruye puestos de empleo. En los destinos vacacionales, este demonio nunca muere ni morirá por el simple hecho que la demanda del destino se basa en el clima. No obstante quiero ser optimista y pensar en que reducirlo es posible, pero me temo que los hoteleros poco pueden hacer de forma independiente para solventar este problema global…

Un hotel por si sólo puede crear eventos o especializarse en segmentos determinados durante la temporada baja, pero en mi opinión estas medidas son del todo insuficientes, ya que no existe una idea mágica que acabe con esta tendencia. Por lo tanto, tras pensar en varias ideas siempre llego a la misma conclusión: para reducir la estacionalidad de una forma notable, hay que pensar en turismo de masa.

Aquí es donde el hotelero pierde el control, ya que por sí sólo (aunque sea una cadena hotelera) no le es posible generar una masa notable de turistas. Por lo tanto, la responsabilidad del problema sobre la estacionalidad turística recae inevitablemente en el poder político.

Ya hace décadas que el Gobierno intenta combatir la estacionalidad con varias estrategias tales como turismo de aventura, rural, golf, wellness, convenciones, etc. De todas estas y otras medidas, si estudiamos los resultados el mayor éxito ha sido la del Turismo Senior, también llamado Imserso.

¿Cómo funciona el mecanismo del turismo subvencionado?

De forma simple y resumida: el Gobierno de España destina una parte de su presupuesto a subvencionar (es decir, pagar) un porcentaje de las vacaciones de miles de personas. No obstante, esta acción no hay que percibirla como un gasto sino como una inversión ya que gracias a estos importantes descuentos, miles de turistas visitan el destino y por lo tanto aumenta la ocupación. Si se llenan los hoteles, se crean puestos de empleo (tanto en el hotel cómo alrededores) y por lo tanto el Gobierno no sólo se ahorra tener que pagar subsidios por desempleo a todos los trabajadores con contrato discontinuo sino que además empieza a cobrar los impuestos de las empresas, de los trabajadores y del IVA entre otros. Mediante este mecanismo el Gobierno recupera la inversión realizada año tras año (o incluso, a modo personal, me atrevería a decir que gana dinero con ello).

Además, este tipo de turismo no sólo se limita al ámbito nacional, sino que ahora también abarcará a turistas senior europeos mediante el nuevo programa Turismo Senior Europa aprobado recientemente. Este tipo de medidas son muy positivas, y el tiempo nos dirá la efectividad de esta acción. No obstante también hay que remarcar que en ocasiones el beneficio de los hoteles con este tipo de turismo es más bien bajo, por lo que algunos optan a descartar este tipo de turistas (esperemos que los turistas europeos generen mas beneficio). Por lo tanto, para que estas medidas sean efectivas deben ser ejecutadas de una forma justa y equitativa entre los TTOO, agencias, y hoteles del destino.

A modo de conclusión, ya que este post forma parte de un concurso de ideas sobre cómo se podría reducir la estacionalidad turística, propongo lo siguiente: si esta inversión pública resulta positiva para todos, ¿por qué limitarse sólo al segmento de la tercera edad?

En mi opinión estas subvenciones se podrían extrapolar a los jóvenes, familias con ingresos inferiores a la media o a segmentos concretos como el ciclo-turismo, por citar algunos ejemplos. También se podría enfocar a países con clima muy frío en invierno cuya mayoría de habitantes no tengan un alto poder adquisitivo para viajar, como por ejemplo Rusia. Quien sabe, puede que en unos años todos estos turistas que ya conocen el destino vuelvan por sus propios medios, sin ayudas, y sea también beneficioso a largo plazo.

2 thoughts on “Turismo Subvencionado y Estacionalidad Turística”
  1. Algunas ciudades de Francia con economía alicaída han apostado a los congresos, construido buenos hoteles (Mallorca los tiene), salas de congreso y seguramente fueron apoyadas por una política estatal muy dinámica. Cuando terminen el elefante blanco del Palau, quizás se vean los resultados.

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